Agricultura de precisión

qué es la agricultura de precisión

¿Qué es la agricultura de precisión? De una forma rápida diremos que es la gestión de nuestras parcelas de cultivo utilizando las últimas tecnologías.
¿Para qué sirve? Para observar cómo se comportan, medir las variaciones y actuar en consecuencia.
¿Qué se usa en la agricultura de precisión? El GPS o sistema Galileo, cuando funcione, los satélites (incluidas imágenes) y los SIG (Sistemas de información geográfica, tipo los visores del SIGPAC, etc.) junto con los programas de ordenador, aplicaciones y maquinaria de tecnología avanzada.
¿Qué queremos conseguir? Tres puntos principales:
1. Ajustar los gastos de cultivo a las necesidades de las plantas, es decir, ajustar las dosis de abonos, ajustar los tratamientos fitosanitarios necesarios, etc.
2. Disminuir el impacto ambiental, es decir, producir más con menor contaminación, erosión, etc. O, dicho de otra manera, producir de una manera más sostenible.
3. Aumentar la competitividad, que no es más que producir más a menor precio o aumentar el margen de beneficio, el principal caballo de batalla de cualquier explotación.
¿Qué necesitamos? 
A. Geolocalizar las parcelas. Con el GPS, con el SIGPAC o con ambos podemos geolocalizar nuestras parcelas con bastante precisión. Puedes entrar en VISOR SIGPAC: FOTOS AÉREAS Y PARCELAS para verlo en el ordenador o descargarte el visor en el móvil.
B. Recoger información: suelo, orientación, malas hierbas, forma de cultivo, labores. Tanto a pie de parcela como en la red, donde podemos obtener datos meteorológicos, climáticos, avisos de plagas, etc.
C. Tomar decisiones. Con la información que tenemos actuaremos de dos formas:
1. Preventiva. Por ejemplo, si tenemos malas hierbas todos los años trataremos contra ellas sistemáticamente previendo ya el momento adecuado; si tenemos ataques de pulgón todos los años, tendremos nuestro calendario de tratamiento desde el primer indicio.
2. Operativa. Seguimos con el ejemplo. Si los tratamientos que hemos hecho sobre las malas hierbas han hecho que disminuyan considerablemente o desaparezcan, variaremos los tratamientos. Si en la campaña no aparecen los indicios de pulgón, no trataremos.
Pero en esta parte operativa también pueden intervenir:
-La toma de muestras: un análisis de hojas nos puede dar la falta de un micronutriente.
-Los sensores estacionarios: si está lloviendo más de 10 l/h interrumpimos el riego.
-Los sensores en máquinas: si el peso por volumen es el adecuado o humedad de la cosecha está en su punto seguimos cosechando o paramos.
-Teledetección. Nos puede dar información, por ejemplo, de la intensidad del verde de las cosechas, por cantidad de clorofila, y detectar una falta de nitrógeno o una no asimilación de fósforo.
Para sistematizar todas estas operaciones es importante tener un modelo e irlo adaptando a nuestras necesidades. Ésto ya es otra cuestión porque alguien tiene que hacerlos y andamos escasos de investigación.
Pero gracias al avance de los tractores y de la maquinaria ya no es descabellado o irrealizable dar a cada parcela lo que necesita de abonos, de dosis de siembra, incluso por rodales. Los GPSs de nuestros tractores son un avance para evitar los solapamientos y las vueltas innecesarias pero también una guía para dar a cada parte lo que necesita.
Y todo con el consiguiente ahorro que es de lo que se trata, y con la ventaja de que todo lo que ahorremos será en beneficio propio y mediambiental, dos pájaros de un tiro.

Incluso ya hay empresas trabajando específicamente en agricultura de precisión como puede ser el caso de Qampo y otras más.
En resumen, lo que siempre hemos hecho pero con la ayuda de las nuevas tecnologías, que los ordenadores y los móviles ya no nos parecen nuevos.

agricultura de precisión

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